imo las herramientas que tenemos a nuestra disposición.
No puedes presumir de un buen celular, o
computadora, si no se sabe usar bien una simple calculadora. Por ejemplo, sacar
un porcentaje, una sumatoria, despejar variables simples y usar en ellas las
propiedades de la suma y multiplicación. No se puede decir que se sabe usar
internet si solo se emplea para entretenimiento. Como aquel niño que solo
usaría la rueda y el fuego para divertirse.
Estos ejemplos, aunque básicos, ilustran un
punto crítico sobre cómo debemos interactuar con la tecnología en la era de la
información: se trata de usar estas herramientas para crecer como seres humanos
de manera acelerada, no para adormecer o inutilizar el cuerpo y el cerebro. En
el mundo profesional, aprender Inteligencia Artificial (IA) de lo básico a lo
utilitario, luego lo profundo, no es solo una opción; se convierte en un
imperativo.
La IA es el pilar sobre el cual se asientan
innumerables avances tecnológicos que están redefiniendo industrias enteras,
desde la medicina hasta la educación, pasando por el transporte y más allá. Las oportunidades que ofrece la IA son
prácticamente ilimitadas, y su comprensión y manejo pueden ser el diferenciador
entre avanzar hacia el futuro o quedarse atrás.
El aprendizaje de la IA va más allá de la
adquisición de habilidades técnicas; es un camino hacia el desarrollo del
pensamiento crítico, la resolución de problemas complejos y la comprensión
profunda de cómo la tecnología puede ser utilizada para el bien común. En este
sentido, la IA se convierte en una herramienta para amplificar nuestras
capacidades humanas, permitiéndonos alcanzar logros que antes eran
inimaginables.
Nos enfrentamos a la responsabilidad de
utilizar las herramientas de esta era no para adormecer nuestros sentidos, sino
para acelerar nuestro crecimiento y expandir nuestras posibilidades. Las
oportunidades que nos brinda la IA son ilimitadas, y está en nuestras manos
aprovecharlas al máximo. Saludos del Profe Enrique.
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