viernes, 11 de diciembre de 2009

Angeles Escondidos.

Ángeles escondidos


En memoria de Hellen Segura
Un ángel que pasó un instante por este hermoso lugar inspirando un atisbo de eternidad.

Dicen que el cielo era una pura fiesta de Ángeles felices tocando su trompeta. Con sus vestiditos de colores brillantes, toda la eternidad cantando dulces melodías y tocando sus trompetas de oro. En nubes blancas flotando en el universo, volaban entonando música celestial. Así fue por millones de años, mejor digamos por una larga eternidad.
No había de qué quejarse ni algún tipo de conflicto ni peleas ni nada de eso. Los días no tenían fin porque en el cielo no había noche, todo era lo mismo, sin muchos cambios; Cánticos, y dale que dale a las trompetas.
Pero hace muchos millones de años algunos grupos de ángeles se dijeron bajito, __ ¡que bonito! pero que aburrido, no hay mucha gracia en hacer siempre lo mismo__. Cómo será hacer algo diferente, será que papá Dios nos deja cambiar la rutina o salir de recreo.
Eso lo decían en sus pensamientos y Dios como tiene un oído tan fino y escucha todo lo que se dice y todo lo que se piensa en el universo, les escuchó y tiernamente les dijo esto:
“Muy bien mis queridos angelitos hijos míos, tienen razón y hace miles de años estoy pensando en eso, mas vale que ahora también pensaron se dieron cuenta de eso y quieren hacer un cambio; Vamos a hacer lo siguiente. Los voy a mandar de recreo a un lugar nuevo que estoy haciendo en el sistema solar. Es un planeta nuevo que tiene buen aire, tierra, agua y una estrella que le alumbra la mitad del tiempo. Pueden ir a jugar a ese lugar un ratito”.
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Y así fue. Vinieron miles de ángeles a jugar y cuando llegaron no sabían que hacer, porque nunca habían echo nada diferente, solo sabían cantar y tocar sus trompetas.
Cuando se acercaron al planeta, encontraron lugares diferentes y no sabían como desplazarse en ese nuevo lugar. Entonces se les ocurrió una genial idea…
Decidieron explorar todo el lugar mientras jugaban a escondido en los diferentes lugares que iban encontrando. ¡Que buena idea dijeron ahora si que nos vamos a divertir de verdad!
Entonces comenzaron a desplazarse por todos los rincones del planeta y como los ángeles se pueden transformar en cualquier cosa el juego se puso interesante.
La mayoría de Ángeles les gustaba meditar y estar contemplando la belleza del planeta y la luz del sol, por tanto se quedaron tranquilos plantados en un lugar, alimentándose del sol, de la tierra y el agua de la lluvia, su placer era contemplar la belleza y coquetamente se engalanaban con flores de todos los colores imaginables. Este tipo de ángeles fueron los primeros en aprovechar la energía del sol para vivir mucho tiempo. Fueron miles de miles desde los más pequeños, que medían centímetros hasta grandes ángeles de casi 100 metros. Para cuidar a los más pequeños echaron ramas, raíces y troncos enormes como un gran lugar de descanso y escondite.
La energía del sol atrapada por estos ángeles, sirvió para que todos los demás se alimentaran y no tener que terminar el recreo muy pronto.
Algunos se metieron bajo el agua que cubría gran parte de la tierra, pero para poder moverse allí abajo tuvieron que echar aletas y cubrir su cuerpo con escamas para deslizarse mejor; ellos aprendieron a respirar el oxigeno del agua para no tener que salir. Algunos de ellos se hicieron muy grandes, otros muy pequeños.
Los más perezosos construyeron unas conchas para esconderse sin tener que moverse mucho y hacer oraciones mas tranquilas. Otros quisieron tener muchos dedos para explorar los lugares y buscar comida. Algunos se hicieron muy grandes para asustar a los otros.
Los que quisieron caminar por la tierra no les quedó más remedio que desarrollar patas para caminar, brincar y correr. Los más juguetones con patas más largas y ligeras, con rabo para equilibrar el cuerpo al correr, algunos con mas serenidad no querían correr mucho por lo tanto hicieron una concha para protegerse y esconderse. O espinas en su piel para esconderse y no ser atrapados. Como en algunos lugares hacia mucho frío algunos cubrieron su cuerpo con pelo, o con piel muy dura.
Algunos aprovechaban la energía de las plantas pequeñas, otros de las plantas mas altas, por eso tan diferentes dientes, trompas, hocicos, picos y pescuezos. Otros ángeles traviesos aprendieron a subir por las ramas así podrían aprovechar la energía guardada en los frutos y esconderse en lugares altos.
Hubieron Ángeles muy curiosos que se quedaron muy pero muy chiquitos para que no los encontraran aunque se podían esconder incluso dentro de otros o entre su cabello.
Los más liberales y aventureros, delicados que querían tomar energía solo de las flores y las frutas, querían moverse en el aire por eso desarrollaron alas y plumas para poder desplazarse en el aire por encima de los demás y esconderse en lugares altos. Estos se desplazaban por aire.
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El juego se pudo muy divertido y no querían terminarlo. Su imaginación les permitió convertirse en millones de formas diferentes. Cada cambio de clima, el agua, el calor, las alturas, desplazarse, protegerse de otros, todo era una oportunidad para descubrir una nueva forma de ser. Cada idea para buscar el alimento o evitar ser encontrado era una oportunidad para ser diferente.
Dios estaba observando esto y se pensó:

“Estos angelitos no se cansan de jugar, ya no van a querer regresar al cielo. Lo malo es que ya son tan diferentes que no sé como distinguirlos. Voy a mandar un grupo ángeles muy inteligentes para que les recuerde quienes son y le ponga un nombre a cada uno. No vaya a ser que se extravíen para siempre.”

Y mandó a un grupo de ángeles muy inteligentes. Este grupo para poder moverse en muchos ambientes diferentes solo desarrolló dos pies ni tan largos ni tan cortos, unos brazos con dedos para tomar las cosas y manejar todos los elementos con cuidado. Desarrolló una memoria increíble para recordar las cosas que veía, escuchaba, olía y tocaba. Podía nadar, treparse a los árboles, hacer herramientas para buscar bajo tierra, para observar, para dominar los ambientes y a los demás ángeles. Pero su principal misión, era ponerles nombre a los demás ángeles escondidos, luego invitarlos a regresar al cielo.
Así comenzó muy bien a ponerle nombre a las cosas que se encontraba, luego las recordaba. Este que crece con ramas y tiene color verde y es muy grande se llamará árbol. Este más pequeño se llamará arbusto, y el más pequeño, hierba.
Estos que caminan por el suelo y tiene pescuezo largo será jirafa y aquél grandote que tiene una trompota para comer tendrá por nombre elefante
Y aquellos que viven en el agua se llamaran peces; y los hay de diferentes formas entonces los grandes son ballenas, tiburones; y así para todos los que viven bajo las aguas. Inclusive los pulpos, calamares, medusas y estrellas de mar.
Volvió su mirada al cielo, porque escuchaba cánticos hermosos, pensó que venían ángeles nuevos a cantar, y encontró unas criaturas que habían echado alas y plumas y trinaban de manera celestial. Ellos se llamarán aves. Halcón, lapa, yigüirro, quetzal y así interminablemente. A sí mismo se puso HUMANO.
Se entretuvo tanto y fue tan divertida esta tarea que se le estaba olvidando lo principal, que era encontrar a todos los ángeles, nombrarlos y recordarles que regresaran al cielo. Y como la tarea se puso complicada, para viajar por toda la tierra también él tuvo que cambiar forma y alimentarse de la misma energía mientras terminaba la tarea. Aprendió a aprovechar la energía del sol guardada en las plantas y en todas las formas de vida que encontraba. Viajó por lugares calientes, su piel se adaptó a los diferentes climas. El cabello y la estatura se adaptaron al igual que los demás ángeles al lugar que habitaba y a sus necesidades de supervivencia en la tierra. Ya no se acordaba lo que vino a hacer o se le complicó la tarea porque al separarse ellos mismos los nombres de las cosas se le enredaron y ya no se pusieron de acuerdo. En unos lugares las cosas se llamaban de una forma y en otras de otra forma. La comunicación entre estos ángeles se complicó y estaban tardando miles de años en ponerse de acuerdo con todas estas cosas.
¿Cuando regresaran al cielo?, se preguntó Dios con toda su paciencia. Voy tener que mandar a mensajeros especiales para que le recuerden al HUMANO que todos son mis hijos, angelitos queridos. Entonces mandó a decirles “que no se preocupen, que estén en paz; que el recreo no se terminará y pueden seguir jugando a encontrarse.” A darles el mensaje muy importante “que la tierra también es parte del cielo. Y que solo deben seguir cantando con sus voces diferentes sus melodías y reconocer que siguen siendo ángeles.
Solo deben encontrar al ángel escondido que hay en todos los seres vivos y vivir felices cantando las maravillas de este hermoso cielo.