lunes, 8 de noviembre de 2010

Lección del río "24


Cuando uno está a la sombra de un árbol de mango, se huele a mango. Y si estas cerca de un naranjo, hueles naranja en la atmosfera alrededor. Pon atención, y veras que así es. Igual si estas ante un cerdo, huele a cerdo y si te enfrentas a un toro bravo huele, parece y se sabe el peligro que hay ante este animal.

Si conversas con un carpintero, él te narra sobre buenas maderas, lindas construcciones y herramientas. Un campesino te hará participar de su tierra y de sus sembradíos, te provocará sentimientos que le despiertan la tierra y sus frutos. La lluvia y el sol.
Yo invito a pararse un rato a todos frente e un río, pequeño o grande. Y que sientan su identidad. La frescura, los bichos y la presencia que cada uno posee. Es diferente para cada uno, y su personalidad es TOTAL.

Como entonces es posible que a veces no te des cuenta si es un ingeniero, un estudiante o un vago. NO considero que cuando sales de la oficina te conviertas en otra cosa. NO me parece sinceridad que salgas de tu casa como un vago y llegues a tu lugar de trabajo y seas productivo o viceversa.
Tampoco veo significativo, que una persona que se dedique a la enseñanza, de cualquier especialidad no se le note en la mirada. En su vocabulario y en sus hábitos debe darse a conocer su identidad de lo que ES.
Porque uno es lo que ES donde sea que esté. ¿O qué? ¿Estamos segmentados, trabajamos como un ser aparte, estamos desconectados de si mismos?
Cuando alguien esta frente a ti, debe sentir tu presencia de pintor, conserje, administrador, bombero, estudiante o lo que sea. Porque se supone que en eso estamos convirtiéndonos todos los días, ¿NO?