El toque de la ciencia.
El toque de la ciencia, es una actitud, de valentía y encanto, que una
ocasión hace mucho tiempo, impulso a un atrevido a tomar una rama con fuego. La historia tomo un camino diferente. En
torno al fuego, protegidos del frío y las bestias, los abuelos enseñaron a sus
hijos su experiencia cantando.
Hoy continúa el toque de la ciencia, cuando con la actitud de encanto, se
asoma el atrevido al borde mismo del universo, sin miedo a lo desconocido, más
bien con asombro. Atrevido y meticuloso, cual un gusanito que envuelve su
cuerpo con su propia seda para trascender el sueño y romper el vuelo convertido
en un ser evolucionado. Cambiando a cada paso su historia, protegiendo a los
suyos de la peste la ignorancia y el hambre. Tocando violines, cantando y colgando en una nube
su canto para que sus hijos construyan aun un cielo más grande.
No hay nada absoluto, por eso no se sofoca ni aferra, no hay límites, por
eso no se aminora. Cuando la ciencia te
toca, cual alma de niño preguntas, y el gran universo responde; ¡Solo mira,
toca, compara y da nombre a las partes! No para separarlas, más bien ordenarlas
en un campo muy grande llamado consciencia.
Con ciencia. Preguntas de nuevo y
escuchas, y luego te asomas y todo ha cambiado. Entonces levantas tus miras,
ajustas las lentes, observas, afuera el espacio y adentro sus causas despacio
contestan.
¡Tan solo permite, que a cada pregunta, la ciencia te toque y te deje sin
miedo, tal vez en silencio, al cielo asomar!
2 de setiembre 2018.
Profesor Enrique Segura.