sábado, 28 de agosto de 2010

Leccion del Río #5

No hay nada mas relajante que meter los pies descalzos en el arrollo. Sentir la roca fresca donde uno esta sentado y un poco de musgo verde y suave entre los dedos.

Escuchar como fluye el agua haciendo camino en el cauce por entre las piedras y la pendiente.

Palpar con los poros de la piel esa brisa, que no viene del mar, que viene de la misma corriente del agua cuando brinca en las pequeñas cascadas y trae miles de pequeñas gotitas heladas.

Y sin duda, mirar cuan verde, y cuanta belleza hay alrededor de las aguas de este tímido riachuelo que me espera cada ves que quiero escuchar uno de sus secretos.

Hoy, no se que fue lo que me dijo, pero, luego de recibir este regalo mencionado, solo me quede un rato observando una mariposota de esas azules, (morphus) voleteando en oscilaciones de arriba abajo perdiéndose de mi vista por el camino infinito que traza mi amigo el río.

Con la mariposa, con la brisa y el agua lavando mis pies, se fueron algunos sentimientos incómodos que traía. Y como el verde intenso, nacieron de nuevo sentimientos intensos que traía dormidos.
De amor, de deseo, de paz y entusiasmo por este bello mundo, que me regala sorpresas como al río aguas nuevas cada instante.