La pregunta de fondo en mi vida podría resumirse
en ¿Cuáles son los conocimientos que tengo, y los que no tengo, que podrían dar
mayor valor y poder para transformar la existencia? O algo así; ya que como seres humanos lo que
nos catapulta sobre las demás especies es el pensar, hablar y todo eso de
conocer y comunicar la forma de organizar nuestro mundo a conveniencia. Luego,
porque no pensar en esa frontera entre lo que sabemos y lo que no sabemos,
justo en el sector de lo que podemos ser y lo que aún no. Desde allí, pensar en
lo que puedo transformar a voluntad, y lo que aun no puedo a partir de las herramientas
humanas, por encima de las cuales está la voluntad que brota del conocimiento.
Uno de los temas que mas me llevan a esa línea
de pensamiento, es la posibilidad de conocer la esencia material, espacial y temporal
del universo. Que sería la materia prima con al que hacen las cosa, la arena,
el aire, estrellas, lluvia, gravedad, calor y luz. De igual manera los fenómenos
mas sorprendentes como la evolución de la vida como la formación de colonias
bacterianas y sociedades. Si conociéramos
muy bien esa esencia de materia prima de ingredientes de la realidad y sus
reglas, podríamos moldearla a voluntad. Ya mucho hemos hecho con manejar el
fuego, el acero, el petróleo y la gravedad, pero podríamos hacer cosas mas
sorprendentes.
Ya hemos expuesto como comunidad de
ciencia, la relatividad, la física cuántica que son jovencitas de mas de 100
años. Con las cuales la realidad ha sido moldeada de formas asombrosas, como la
era de las maquinas eléctricas, la radio, televisión, exploración espacial, la genética
y todas esas maravillas que son la esencia de la sociedad actual. Pero hay
temas que están tocando a la puerta, y son apenas niñas, como teorías de
cuerdas, multiversos, computación cuántica y la bebé, Inteligencia artificial
generativa.
Esos temas son punta de flecha en la
tecnología, con las cuales podríamos estar presenciando el trabajo de un nuevo Prometeo
cuando nos otorgó el fuego, o de un Adán y Eva, con la fruta del discernimiento.
Un nuevo renacer de la humanidad, con posibilidades de manejar no solo los
minerales del suelo, como lo fueron la era del bronce, hierro, acero y otros. Mas
allá de la energía química del carbón, petróleo y de la electricidad o del núcleo
atómico. La promesa es de una nueva ilustración, que podría superar a la iluminación
de le época griega, luego de los ilustrados que usaron la imprenta, será una
ilustración que podría integrar la era de la información y la consciencia.
El ser humano que esta naciendo, puede
trascender la misma evolución meramente biológica y acelerar la evolución, como
cuando nos ramificamos de los demás primates. Se espera una evolución que en sus
extremos podría hacer brotar otra subespecie, conquistar otros espacios o
inclusive otras dimensiones. Para eso las herramientas son la Inteligencia
Artificial, el internet de las cosas, la ingeniería genética avanzada, teorías
de grafos, realidades virtuales y otras posibilidades de las cuales no podemos
eximirnos.
Este texto, solo es un ejercicio personal
de pensamiento, y una invitación para que el lector, si le generó curiosidad o
alguna inquietud, lo converse con sus amigos, lo rumee un rato antes de dormir
y porque no, aporte alguna idea que a nadie se le había ocurrido. Para eso es
la ciencia. Saludos del profe Enrique.